Siendo honesta debo reconocer que no me atraen especialmente los perfumes con referencias a frutas, postres o cualquier otra nota gastronómica.
Con este prejuicio me acerqué a Elizabeth Arden Green Tea.
Lo primero que se aprecia en él es el aroma de té azucarado con limón recién hecho. Soy incapaz de reconocer si es té verde, rojo, blanco o de cualquier otro tipo. Sin embargo dada su ligereza y su tono fresco me creo que sea té verde.
A medida que transcurre el tiempo decaen los aromas de té y se imponen lenta pero consistentemente el aroma cítrico con un toque de menta. Al mismo tiempo comienzan a apreciarse tonos florales.
El conjunto aromático sigue siendo en todo momento fresco y vivificante. Es decir muy refrescante.
Elizabeth Arden por su parte, nos indica que las notas de salida son de ruibarbo, limón y toques de cáscara de naranja y bergamota. Las notas medias – más verdes – vienen dadas por la menta fresca, el té verde, jazmín dulce, clavel e hinojo y apio. Finalmente los tonos profundos son aportados por el musgo de roble, el almizcle y el ámbar.
La permanencia de Elizabeth Arden Green Tea no es muy prolongada por no decir que es breve y claro, la atmósfera que genera no es en absoluto pesada.
Todo lo dicho hace que la fragancia sea especial para los días calurosos del verano o tardes primaverales donde se aprecia su tono limpio y fresco.
Por supuesto también es interesante para levantarnos el ánimo en otras épocas del año más frías. Siempre con la precaución de usarlo en horas del día – no de noche – y conociendo su limitación de permanencia.
Consejo:
Si no te agradan los perfumes cítricos o demasiado ligeros quizás no deberías probarlo.
Si por el contrario, te pica lo curiosidad o te gustan las fragancias frescas y las colonias para después del baño no dejes de comprarte Elizabeth Arden Green Tea.
Fácil lo tienes, porque Green Tea es una de las fragancias de marca más económicas de la actualidad.